Moda circular
ReModa: la movida colombiana que sube el descarte textil a las pasarelas
Empresarios textiles, emprendedores, universidad y sector público se juntaron para transformar la forma de producir y reutilizar residuos de la industria. Aquí te lo contamos
Por: Gabriela Arias mail
La moda está atravesando un momento bisagra. Entre la presión ambiental y consumidores cada vez más exigentes, el sector empezó a mirarse al espejo y preguntarse qué hacer con la montaña de residuos textiles que deja atrás. En Colombia, esa pregunta tomó forma concreta a través de ReModa, un proyecto que busca reincorporar la ropa que se descarta en materia prima para nuevos productos, pero al mismo tiempo modificar cada uno de los eslabones del proceso productivo para hacerlo más sostenible.
ReModa es una iniciativa de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y la Universidad EAN. La experiencia empieza en el territorio: talleres, encuentros y espacios de co-creación donde emprendedores, empresas y referentes del sector textil se juntan para revisar procesos de producción y trabajar en cada eslabón de la cadena productiva de la moda, que va desde el diseño, los prototipos, el transporte, la logística y la gestión de los residuos.
El objetivo es pensar desde el inicio otra forma de producir, que contemple la reutilización de los residuos en nuevas materias primas y así reducir el uso de agua y energía en esos procesos.
Hasta ahora, 810 personas pasaron por 32 talleres articulados desde la Universidad, que no sólo brindaron formación técnica, sino un espacio para repensar la relación con los residuos y traducirlos en oportunidades reales. Detrás de esos asistentes hay alrededor de 600 emprendimientos y empresas de la región CAR que hoy cuentan con más herramientas para innovar y reconvertirse.

La iniciativa está entrando en una etapa clave: el desarrollo de pilotos de encadenamientos productivos y la creación de prototipos diseñados para demostrar que el residuo puede transformarse en oportunidad de negocio.
De residuo a recurso
“Para transformar residuos textiles en recursos, necesitamos no solo modificar procesos productivos, sino también la mentalidad. La ropa usada debe dejar de percibirse como basura y comenzar a verse como materia prima para nuevos productos”, explicó José
Alejandro Martínez Sepúlveda, consultor e investigador en sostenibilidad y economía circular y a cargo del programa durante el encuentro durante el Congreso Mundial de Residuos ISWA 2025.
Además, destacó que la economía circular requiere interconectar actores que históricamente operaban de forma aislada. “Las soluciones deben pensarse de manera colaborativa: diseñadores, fabricantes, recicladores y consumidores tienen que participar del mismo sistema, o la circularidad no se sostiene en el tiempo”, dijo.
Un enfoque con impacto productivo y ambiental
Medir el impacto es clave para determinar la sostenibilidad del proyecto. Y así lo hicieron en Colombia, donde el sector textil mueve u$s 37.000 millones al año y generó u$s 320 millones en exportaciones entre enero y mayo de 2025. Sin embargo, produce 144.000 toneladas de residuos textiles anuales y menos del 3% es valorizado.
Con el modelo ReModa se estima que hasta 30.000 toneladas por año podrían recuperarse, y que para 2030 se podría aumentar la circularidad material del 8% al 50% (+525%), generar u$s 25 millones de valor agregado, reducir 150 kt de CO2eq (dióxido de carbono equivalente) y crear 1.000 empleos directos y 3.000 indirectos.
El programa está focalizado en cinco ejes estratégicos: diseño circular, valorización de excedentes, innovación tecnológica, formalización territorial y educación ambiental. La implementación se estructura en fases que incluyen diagnóstico, identificación de brechas, encadenamientos, pilotos e indicadores, bajo estándares ISO y alineamiento con estrategias europeas.
El trabajo se complementa con la experiencia de Red Moda Circular, implementada por la Secretaría de Ambiente de Bogotá, que promueve prácticas de ecodiseño, reparación, reuso y minimización de desperdicios. Esta sinergia evidencia que la sostenibilidad puede integrarse al negocio sin perder competitividad.
Para Martínez Sepúlveda, “el diseño ya no puede pensarse solo desde la estética o la tendencia, sino desde su impacto ambiental y su capacidad para volver al ciclo productivo”.
Un modelo replicable
La experiencia colombiana demuestra que la circularidad textil puede adaptarse a contextos latinoamericanos. Entre las oportunidades para países como Argentina se destacan:
- Alto volumen de producción textil, con potencial para reorientarse hacia esquemas circulares.
- Ecosistemas de diseño emergentes, con creciente interés en sostenibilidad.
- Capacidad emprendedora para negocios de impacto, especialmente en segmentos independientes.
- Consumidores cada vez más receptivos a propuestas responsables.
A nivel regulatorio, la implementación de políticas públicas que incentiven la recuperación de materiales y el desarrollo de encadenamientos productivos podría convertir al sector textil en uno de los protagonistas de la transición hacia una economía baja en residuos.
Lejos de presentar la sostenibilidad como una tendencia pasajera, Martínez Sepúlveda dejó en claro que se trata de una transformación estructural. “Cada prenda que recuperamos es un recurso que vuelve al sistema. Y cada actor que se suma es un paso hacia una industria más consciente, competitiva y sostenible”, dijo.



