Movilidad sostenible
No venden humo: la bici eléctrica que busca revolucionar las calles rosarinas
Vendieron hasta la casa para crear una bicicleta eléctrica premium que combine tecnología de punta y un modelo de movilidad más liviano y sin emisiones
Por: Agustina Roldán mail
Detrás de Surka Bike hay una pareja rosarina que decidió cambiar de vida, y de paso, de forma de moverse por la ciudad. Daiana Machin, fonoaudióloga, y Sebastián “Coco” Tejeria, comerciante y kitesurfista, vendieron literalmente todo para irse a vivir a Australia. Sin embargo, el plan se frenó con la noticia de la llegada a la familia de dos mellizas, pero el viaje les dejó una idea fija: replicar en Argentina la experiencia de las bicis eléctricas que tanto habían disfrutado en Sydney.
Hoy, esa apuesta se materializó en una marca de bicicletas eléctricas premium, estilo café racer, que combinan estética retro, tecnología de punta y un objetivo simple pero potente: cada Surka que sale a la calle busca sacar un auto o una moto del tránsito y reducir emisiones en la ciudad. “Coco siempre tuvo la idea de hacer algo, pero algo que también haga un cambio significativo en el medioambiente, dejar un granito de arena”, explicó Daiana en conversación con Ecobiz.
El resultado es Surka: una bicicleta eléctrica estilo cafe racer fabricada en China de estética retro pero con tecnología de punta, pensada para compartir. El cuadro de aluminio reforzado soporta hasta 180 kilos y permite que viajen dos personas cómodas; el motor de 750W y la batería de 52V le dan una autonomía de hasta 75 kilómetros. “Somos el único producto elite premium del país: motor más grande, batería más grande y componentes de primera, pero también somos —remarcan— los más baratos en esa categoría”, detalló Daiana.
Más allá de las especificaciones, el diferencial está en la experiencia. La bici puede usarse como una bicicleta convencional, con siete cambios para subir, bajar o andar en ripio; con pedaleo asistido para subir esas cuestas rosarinas “que a pie no las sube nadie”; o directamente con acelerador, como si fuera un scooter. “Lo pensamos para que no te condicione nunca: si te quedás sin batería, la podés seguir pedaleando como una bici común; nunca te deja a pata”, explicó la pareja.

El impacto urbano es inmediato: menos autos, menos ruido, menos tiempo perdido. “Cada vez que metemos una bici a la calle, sacamos un auto o una moto. Sacamos humo de la calle”, afirmó la socia.
Surka no trabaja con local a la calle: apuesta a la venta por experiencia. Con un tráiler-stand recorren ferias, expos y la calle recreativa de Rosario para que la gente pueda probar la bici en movimiento.
Diseñan el modelo, lo desarrollan con su proveedor en China, importan directamente, garantizan repuestos y se encargan del servicio postventa puerta a puerta.
“Hoy el tránsito es un caos, el tiempo que se pierde arriba del auto es abrumador. La bici eléctrica te devuelve algo de esa calma y de esa libertad que sentías de chico cuando salías a dar una vuelta. Si además de eso reducís emisiones y costos, es una compra inteligente y un gesto con el planeta”, resumió Coco.
El futuro ya empieza a pedalear. Los empresarios se pusieron como meta sumar unidades, mejoras tecnológicas y nuevos destinos donde llevar la experiencia Surka. Mientras tanto, siguen recorriendo Rosario y alrededores. “Queremos que la gente vuelva a su casa con una sonrisa, como nos pasa a nosotros”, finalizó la pareja.



