Sistema sostenible
El plan de un gigante para plantar la agricultura regenerativa en Argentina
Louis Dreyfus Company (LDC), junto a socios estratégicos, picó en punta y con un conjunto de beneficios busca sumar productores. Aquí lo detallan
Por: Gabriela Arias mail
La agricultura regenerativa como una práctica que mejora la sustentabilidad de los sistemas productivos y de las cadenas de valor agroalimentarias llegó para quedarse y los grandes jugadores del negocio a nivel global apuestan todas sus fichas a una tendencia traccionada por la demanda, especialmente europea, que no da tregua.
Con precios diferenciales, financiamiento y apoyo técnico la multinacional Louis Dreyfus Company (LDC) aceleró y sumó a la Argentina a su programa de agricultura regenerativa que ya tiene en funcionamiento en Estados Unidos, Brasil y México. Hasta ahora incorporó más de 10.000 hectáreas bajo este esquema, en una primera etapa que involucró a ocho productores de la zona núcleo, principalmente en cultivos de soja y maíz.
Pero la meta es más ambiciosa, para 2030 busca involucrar a 400 productores en el país y lograr que la agricultura regenerativa ocupe 205 mil hectáreas.
“Estamos convencidos de que la agricultura regenerativa no es solo una alternativa, sino el camino hacia un futuro más resiliente y competitivo para el agro”, señaló Juan José Blanchard, COO global y Head de Latinoamérica de LDC, durante la presentación formal del plan que realizaron en Buenos Aires del que participó Ecobiz.
“Los productores nos piden soluciones concretas que les permitan diferenciarse, acceder a nuevos mercados y garantizar la sustentabilidad de sus operaciones. Esa es la misión que guía nuestras inversiones en la región”, agregó.
LDC es uno de los mayores operadores globales de commodities agrícolas y se posiciona como uno de los actores que lidera esta tendencia. Lo hace no solamente con la adopción de prácticas regenerativas en el agro sino también mediante la promoción de cultivos innovadores como la camelina.
Aunque su negocio es principalmente business to business –comercia granos y subproductos con empresas elaboradoras y no con el consumidor final– la compañía reconoce que las demandas de sustentabilidad planteadas por los consumidores atraviesan a toda la cadena de valor.
Consideran que garantizar alimentos y energía producidos de forma responsable ya no es un diferencial, sino una condición para competir en los mercados internacionales.
La meta hacia 2030 contempla por un lado ejes de trabajo, y por otro, el fortalecimiento de alianzas con socios estratégicos que van desde grandes compañías de insumos, hasta entidades financieras y de productores.
El plan de LDC es apostar fuerte a cinco ejes centrales: cultivos de servicio, integración de la ganadería en las rotaciones, diversificación de cultivos comerciales, manejo responsable de nutrientes (MRN) y manejo integrado de plagas (MIP).
Ese esquema tiene un claro anclaje en la sustentabilidad, ya que busca reducir las emisiones de carbono, conservar los ecosistemas, cuidar los recursos naturales y aumentar la resiliencia climática de los sistemas productivos.
Para su implementación reforzó en un plan distintas alianzas que ya venía realizando con empresas y asociaciones. Trabaja junto a Peterson, consultora especializada en sustentabilidad agrícola; Syngenta líder en insumos que aporta el conocimiento tecnológico; y Aapresid, entidad de productores en siembra directa para la validación de las prácticas. A este plan se se suman The Nature Conservancy como socio técnico y Banco Galicia, que ofrece financiamiento preferencial para los productores. Además, Nestlé Argentina acompaña la demanda de leche proveniente de rodeos alimentados con granos de bajo impacto ambiental.
La hoja de ruta que se trazó para la Argentina se alinea con el compromiso global de aplicar prácticas regenerativas en 1,2 millones de hectáreas y alcanzar a unos 30.000 agricultores.
La terminal que tiene LDC en General Lagos (Santa Fe) será el centro logístico para acopio y segregación de partidas según su sistema de producción.
Camelina: el futuro energético
En paralelo, LDC avanza en la promoción de camelina (Camelina sativa), un cultivo intermediario que gana terreno como fuente de biocombustibles avanzados y proteína vegetal para alimentación animal.
Tras completar con éxito un programa piloto, la multinacional renovó su acuerdo de cooperación con Global Clean Energy Holdings para continuar desarrollando este grano en Sudamérica durante la próxima década. El desafío inmediato es superar las 70.000 hectáreas cultivadas en el corto plazo.
Para Blanchard, la oportunidad es doble: “La camelina abre una posibilidad extraordinaria para el país, porque permite diversificar la matriz agrícola, generar valor agregado y responder a la creciente necesidad de biocombustibles de segunda generación”.
Más allá de estos programas, LDC mantiene una agenda de sustentabilidad que incluye certificaciones internacionales como 2BSvs e ISCC-UE, alineadas con la normativa europea de energías renovables. Esto le permite garantizar a sus clientes trazabilidad y cumplimiento con los más altos estándares ambientales.
“Creemos que la agricultura sustentable es un compromiso con las generaciones futuras. Nuestro objetivo es acompañar a los productores en este proceso de transformación, asegurando que la rentabilidad y el cuidado del ambiente vayan de la mano”, concluyó Blanchard.


