Industria
06.08.2025

Ruta sostenible

Combustible y asfalto verde: un pase directo a las grandes licitaciones

Esta constructora, que produce biocombustible y biomezclas asfálticas, logró con su modelo de negocio ESG posicionarse mejor en adjudicaciones de obras públicas

Por: Rodrigo Elias mail

En un contexto donde la obra pública atraviesa tensiones y recortes a nivel nacional, una empresa cordobesa eligió el camino de transformar su modelo productivo para hacerlo más sustentable, lo que a su vez, convirtió en una ventaja competitiva.

Se trata de Afema, una empresa de la construcción con más de seis décadas de trayectoria y fuerte presencia como contratista de obras públicas en la provincia de Córdoba. Hoy la firma está conducida por la cuarta generación familiar, que generó cambios corporativos y lidera una reconversión que va desde la implementación de biocombustibles en su flota, hasta la creación de una biomezcla innovadora que permite pavimentar rutas y calles con menor huella de carbono y la utilización de energía renovable para sus operaciones. 

Con planta productiva y sede operativa en la capital provincial, la empresa gestiona desde allí obras y despliega una infraestructura que incluye plantas de asfalto, de hormigón, de biocombustibles y su propio laboratorio de calidad. También arma plantas móviles según tipo de obra y cuenta con más de 300 empleados.

El punto de inflexión llegó en 2024, cuando impulsada por la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) y el Ministerio de Infraestructura de Córdoba, decidió crear su área de sostenibilidad, con enfoque ESG (ambiental, social y de gobernanza), señaló Guillermo Gauna, ex jefe de obra y coordinador en Gran Córdoba.

La empresa produce biomezcla en base al biodiesel, lo que reduce la huella de carbono de la industria de la construcción.

Uno de los puntales de este proceso de transformación fue la producción de biocombustibles, puntualmente biodiesel en base a soja. Córdoba es una provincia pionera no sólo en este tipo de industrias sino además en adoptar un mayor porcentaje de corte respecto del resto del país con este combustible. En el caso de usos propios o industriales el porcentaje de corte puede variar libremente, lo que llevó a Afema a experimentar mezclas más elevadas, como B50 o incluso B100.

“Estamos incrementando la producción de biocombustibles para poder seguir migrando nuestra flota”, indicó Guillermo Gauna en diálogo con Ecobiz. Y agregó: “Utilizamos B20, que es gasoil común con un 20% de biodiesel, también usamos en algunos equipos un B50, que es un corte superior, y estamos haciendo pruebas con B100, que es 100% biodiesel, sin ningún espectro fósil”.

La biomezcla

Pero además, como una marca distintiva dentro de los insumos que utiliza el sector de la construcción, la empresa se abocó al desarrollo de biomezcla, una innovación tecnológica que busca no solo nuevos materiales, sino también formas más eficientes y circulares de producir. 

A partir de la mezcla asfáltica convencional, utilizada en el pavimentado de calles y rutas, se incorporan biocombustibles como reemplazo parcial del cemento asfáltico, que es uno de los componentes con mayor impacto ambiental y huella de carbono. 

“Hacemos esta mezcla con menos temperatura, por tanto hay menos consumo de energía y de gas, y en la colocación tenés un transporte distinto, posibilidades de acopio, además de que los desechos que se generan se pueden captar y reutilizar”, indicó Gauna. 

Así, se logra una fórmula que, aunque se produce en caliente, puede colocarse en frío. Esta característica la convierte en una opción ideal para tareas de bacheo urbano, obras de mediana escala o intervenciones alejadas de los centros de producción, donde mantener la temperatura tradicional de colocación sería inviable.

“Eso tuvo mucha repercusión, a punto tal que el Ministerio de Infraestructura de Córdoba lo tomó y nos propuso en 2024 conformar un comité técnico con Vialidad Provincial, la Universidad Nacional de Córdoba y Afema”, afirmó. Y amplió: “Fuimos un paso más allá e hicimos la prueba de esta biomezcla en una ruta, hicimos 1.100 metros en la ciudad de Mendiolaza”.  

En la Municipalidad de Córdoba llevan más de cinco años utilizándola, e incluso hay pliegos que desde el inicio piden la provisión de una mezcla en frío. 

Obras verdes realizadas

Una de las obras más relevantes para la empresa es la ruta provincial N° 28, que recorre el pie de Los Gigantes, en las sierras cordobesas. Allí están trabajando desde ambos extremos del trayecto (uno cercano a la localidad de Tanti) y recientemente resultaron adjudicatarios de un tramo intermedio, considerado estratégico. 

Además, avanzan con una segunda obra en la ruta provincial N° 15, y acaban de inaugurar una duplicación de calzada y un importante intercambiador sobre la ruta nacional N° 9, a la altura de Jesús María y Colonia Caroya.

Una de las obras adjudicada a Afema fue el ensanche del puente en la RP 28.

En este punto Gauna destacó el papel clave del Estado provincial, que tras el retiro de la Nación mantuvo la obra pública. 

Ventajas económicas de ser sustentable

“Las empresas que usan biocombustibles, miden su huella de carbono y compensan su huella en obras anteriores, empiezan a tener ventajas competitivas que a la hora de una licitación”, explicó Gauna y detalló que “cuando hay diferencias pequeñas en cuanto a precios, estos aspectos se vuelven determinantes para ganar una obra, incluso ya hay un puntaje asignado con respecto al comportamiento ambiental”. 

Desde la empresa señalaron que el primer cambio se da puertas adentro, cuando se comienza a revisar en profundidad el uso de los recursos. El concepto de impacto, explican, también tiene que ver con eso: con tomar decisiones basadas en datos. 

A partir del momento en que empiezan a recolectar información, convertirla en indicadores, analizarla y medir resultados, se genera un impulso natural hacia una mayor eficiencia. Surgen preguntas clave: cuánta energía se consume, de dónde provienen los materiales, qué tan optimizado está el uso del combustible. Así, por ejemplo, al buscar reducir los traslados, no solo se disminuye la huella ambiental sino también los costos operativos. Lo mismo ocurre con la instalación de paneles solares: el objetivo no pasa tanto por si se inyecta o no energía a la red, sino por lograr un consumo más bajo. 

De este modo, el trabajo en eficiencia energética, hídrica y de insumos no se limita a lo ambiental, sino que repercute directamente en la rentabilidad, convirtiéndose en una suerte de “cuenta corriente” económica.

“Hay que dejar de lado el romanticismo de la sustentabilidad, porque todos hablamos de eso, nos felicitamos y nos palmeamos la espalda, pero la clave es la ventaja económica y financiera que te da embarcarte en el paradigma de la producción sostenible, porque genera negocios nuevos y abre las puertas a nuevos financiamientos locales e internacionales”, enfatizó.

Miden su huella 

El uso de materiales de menor impacto ambiental se convirtió en política pública. “Algunos pliegos provinciales ya exigen el uso de estas mezclas, además de declarar y medir la huella de carbono de cada obra”, destacó Gauna. 

Esto obliga a las empresas a presentar mensualmente un informe detallado sobre las emisiones generadas y los insumos utilizados, y Afema fue una de las primeras en adaptarse a este nuevo estándar. 

“Empezamos a medir todo: la energía, el agua, el combustible, el origen de los áridos, lo que nos permitió no solo reducir impacto, sino ser más eficientes y bajar costos”, contó.

Este proceso de medición también les permite tomar mejores decisiones que van desde elegir proveedores más cercanos hasta rediseñar obradores con energías renovables.

Recientemente Córdoba lanzó oficialmente su mercado de carbono, en el que las empresas deberán compensar emisiones comprando créditos de carbono generados por terceros (como parques solares o proyectos de forestación). Pero también podrán reducir la necesidad de compensación utilizando productos con etiqueta ambiental, como las biomezclas de Afema.

Energía verde y biomateriales

Por otra parte, en esta ruta la empresa instaló en 2024 paneles solares en su central administrativa, lo que les permite cubrir el 100% de su consumo energético diurno a partir de fuentes renovables. Los fines de semana, incluso, inyectan el excedente a la red, generando un impacto positivo tanto en la tarifa como en los costos operativos. 

El cuerpo de ingenieros que integran la compañía cordobesa.

Estos resultados ya les permiten proyectar el siguiente paso: abastecer con energía solar también la planta productiva. Para eso están realizando estudios técnicos, económicos y financieros, con el objetivo de avanzar hacia una mayor integración de energías limpias.
 
En paralelo, desarrollan un área de investigación en biomateriales, donde trabajan con áridos reciclados de demoliciones para nuevos hormigones con menor huella.

De cara al futuro tienen previsto iniciar nuevas obras que, desde su licitación, incorporan criterios de sustentabilidad. “Hay una obra cuya firma del contrato falta, pero que ya ganamos a nivel público, y serían rutas en zona sur”, contó Gauna. “Río Cuarto, Villa María, Ruta 28 y Ruta 15 son las zonas en las que creemos que vamos a estar trabajando los próximos dos años”, concluyó.
 

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