Campo
09.05.2024

Empresas biotecnológicas

Plantas inteligentes que se curan a sí mismas

La start up Apolo Biotech, de la provincia de Santa Fe (Argentina), desarrolló una tecnología no transgénica para que las plantas logren defenderse solas del ataque de patógenos

Las plantas inteligentes, que se convierten en autoinmunes al estilo de lo que hace una vacuna en el cuerpo humano o animal, no son una distopía sacada de una serie futurista, sino una realidad palpable y concreta generada por científicos y emprendedores del cluster biotecnológico asentado en la provincia de Santa Fe (Argentina).

 La región, que es el polo productivo primario y agroindustrial más importante del país, comenzó a experimentar la huella social y ambiental derivada de la utilización masiva de productos de síntesis química. Y fue la ciencia y la tecnología la que llegó para mitigar ese impacto sobre el tejido social y productivo.

En ese camino, nació la compañía Apolo Biotech, una start up que está enfocada actualmente en el reemplazo de agroquímicos en cultivos intensivos, pero también abriendo líneas de desarrollo para cultivos extensivos. 

Ese tránsito de químicos sintéticos a soluciones biológicas se aceleró tras la resolución de la Unión Europea “Farm to Fork 2030”.

Se trata de un negocio con mucho potencial si se tiene en cuenta que el mercado global de agroquímicos es de u$ 120 billones; el de protección de cultivos llega a u$s 100 billones y el de fertilizantes a u$s 28 billones.

Nuestra tecnología no transgénica consiste en diseñar y aplicar ARN como moléculas exógenas, para modular la expresión de genes de una planta o mostrarle un segmento de genoma de un patógeno, de manera de interferir específicamente en sus genes y bloquear la infección”, explicó Federico Zuljan, COO de Apolo Biotech quien señaló que la tecnología opera como lo hacen las vacunas en el cuerpo del ser humano.

Explicó que así como las compañías Pfizer o Moderna desarrollaron vacunas a base de ARN contra el Coronavirus “nosotros buscamos hacer lo propio para proteger a los cultivos”, dijo y explicó que se está demostrado que esta tecnología “es eficiente contra hongos, virus, insectos”, con lo cual desde la empresa buscan “reemplazar químicos por la información que la planta necesita para defenderse”, especificó Zuljan, directivo de una startup que hace más de una década trabaja estudiando el ARN.

Consideró además que “el abuso de agroquímicos está destruyendo los ecosistemas y perjudicando la salud de las personas”, y como contrapartida “las tecnológicas orgánicas disponibles no son lo suficientemente eficientes para ofrecer resultados escalables para la creciente población mundial”.

Nacido de un laboratorio

El descubrimiento del ARN Apolo, que dio nombre a la compañía, fue el puntapié para el nacimiento de esta plataforma biotecnológica en la cual modulan genes en plantas y patógenos de manera no transgénica. Hasta el momento tienen desarrolladas soluciones seguras contra 23 patógenos en diferentes estadios que afectan a una decena de cultivos. “Estamos abordando 13 hongos, 13 insectos, 5 virus y dos bacterias”, precisó Zuljan.

Por caso, lograron buenos resultados con el hongo botrytis cinérea, de alcance mundial que afecta a diferentes e hicieron pruebas en tomate. “Inicialmente diseñamos un ARN y una vez que lo estabilizamos pudimos ver que inhibía primero el crecimiento y la esporulación del hongo in vitro”, explicó. “Después fuimos ensayar en hojas y obtuvimos los mismos resultados”, agregó para detallar que observaron ensayos de infección en plantas completas en invernadero y encontraron protección por 14 días contra la infección de 100 mil esporas e incluso lograron protección de hasta 21 días también en hojas nuevas, donde no se aplicó el producto, pero aun así tuvo efecto.

“Plantas tratadas con bombas de 1,5 millón de esporas del mismo hongo durante cinco días se presentaron intactas”, especificó.

“Estamos haciendo ensayos foliares a campo en tomate, vid, frutilla y maní”, explicó el referente de Apolo y también analizan la posibilidad de probar en semilla contra insectos algo, aunque se trata de una etapa donde recién comienzan a hacer pruebas.

Respecto de los patógenos, Zuljan explicó que aún no tienen desarrollo respecto del nematodo, un hongo “muy agresivo y complejo” sobre el cual hay mucho requerimiento de soluciones por parte de los productores. “Aún no tenemos un plan, pero hay que trabajar sobre eso”, reconoció.

El tránsito para desarrollar plantas inteligentes se consolidó en 2016 el fundador de la compañía Federico Ariel, regresó a la Argentina y montó su propio grupo, el cual fue reconocido nacional e internacionalmente. Así nació el Laboratorio de Epigenética y ARNs no Codificantes (Epilab) en el Instituto de Agrobiotecnología del Litoral en Santa Fe. Ese equipo de ocho personas obtuvo en 2021 tres financiamientos clave por un monto de u$s 300 mil Equity Free (CyTCH MinCyT) AXA Research Fund y ICGEB de la ONU), que permitieron transformar los descubrimientos científicos en tecnología.

“A comienzos de 2022 obtuvimos el primer desarrollo exitoso, lo cual nos impulsó a crear Apolo Biotech, conformado por 13 personas y adquiriendo nuestro primer cliente”, detalló Zuljan y a fines de ese año inauguraron su propio laboratorio con un equipamiento que representó un desembolso de 200 mil dólares en el Parque Tecnológico Del Litoral Centro Sapem (PTLC- Sapem), sumaron cuatro clientes y agrandaron el equipo a 17 personas.

“Estamos preparados para afrontar estos desafíos que se vienen, porque somos un equipo referente a nivel mundial en tecnología basada en ARN sumado a una experiencia en Agtech y en startup del equipo de gestión”, agregó el referente de Apolo y señaló que es un equipo de trabajo “diverso e inclusivo”.

Aunque se trata de ARN específicos para soluciones puntuales, lo que para el mercado podría ser una desventaja, es considerado por el grupo de Apolo como un valor agregado. “Frente al amplio espectro del resto de los fungicidas o insecticidas puede ser desventaja esta solución, pero creemos que la agricultura va hacia eso, a la precisión en el principio activo y soluciones únicas”, reflexionó” el directivo de la compañía que en materia regulatoria trabajaron con los requerimientos que tiene Estados Unidos porque consideró que en Argentina falta más desarrollo  en ese sentido.

El salto

El paso de un desarrollo científico tecnológico a una empresa es uno de los principales desafíos de las startups. Desde Apolo Biotech explicaron que el modelo de negocios es principalmente B2B (Business to Business) y basado en codesarrollo. Tienen dos tipos de acuerdos: de I+D para financiar proyectos de interés para los partners; y de distribución con empresas distribuidoras.

Ahora se encuentran buscando nuevos partners, explicó Zuljan para “seguir creando en el desarrollo de nuevos programas para nuevos cultivos”. La firma está siendo financiada por Equity Free, pero el plan es empezar a pensar en una ronda de inversiones. 

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