Una guía virtuosa
Diseñan un protocolo de agricultura regenerativa único en Latinoamérica
Basada en las experiencias de articulación con Unilever y Fundación Banco Credicoop, especialistas del Inta Mendoza-San Juan presentaron una guía para la toma de decisiones
Especialistas de Inta Mendoza - San Juan diseñaron un protocolo sobre prácticas de agricultura regenerativa único en Latinoamérica, que nació de la experiencia que vienen realizando junto a la empresa Unilever - puntualmente destinado a la producción de su línea de alimentos Knorr y la Fundación Banco Credicoop.
José “Pepe” Portela - especialista en ecofisiología vegetal y uno de los referentes en agricultura regenerativa del Inta- explicó que la agricultura regenerativa es “una forma de entender y hacer agricultura aprovechando la capacidad auto regenerativa de la naturaleza, a través de revitalizar sus procesos ecológicos” y actualmente “se presenta como una oportunidad frente a las nuevas demandas”.
Mediante este manejo agronómico es posible lograr una productividad más eficiente en el uso de recursos, con estabilidad en los rendimientos y disminución de costos.
El protocolo
En ese sentido, la guía que presentó el organismo destaca 10 principios esenciales, basados en tres pilares fundamentales: suelo, agua y biodiversidad, que se interrelacionan para impulsar la capacidad productiva del sistema.
Los primeros cinco principios hacen foco en el suelo, recurso fundamental en toda estrategia de agricultura regenerativa. Ellos son minimizar el laboreo del suelo; mantener el suelo cubierto con vegetación activa; impulsar la diversificación planeada de cultivos; asegurar la nutrición de base orgánica del suelo y prevenir erosión eólica e hídrica.
El sexto y el séptimo se orientan en la eficiencia en el uso del agua y se refieren a evitar la infiltración profunda de los nutrientes y hacer un uso eficiente del agua de riego. Por último, los últimos tres principios se centran en la conservación y promoción de la biodiversidad asociada al cultivo. Ellos son minimizar el uso de insumos químicos; conservar los hábitats naturales y seminaturales y promover la biodiversidad funcional.
A su vez, la guía ofrece dos instrumentos: un formulario para la recopilación de información del sistema productivo y una serie de tablas de referencia para la valoración en función de la información recolectada.
Dos empresas que regeneran
El Inta viene trabajando desde 2023 con la empresa Unilever, que aplica prácticas de agricultura regenerativa en sus cultivos en Mendoza y San Juan donde se producen los vegetales que son los ingredientes esenciales de toda la línea de productos Knorr.
“Para nosotros la sustentabilidad es la única forma de hacer negocios y esta visión atraviesa todo lo que hacemos, con el objetivo de que nuestro impacto en el planeta y en las personas sea positivo”, dijo Natalia Giraud, directora de Comunicaciones y Asuntos Públicos de Unilever Cono Sur durante su participación en la Biosfera que se realizó el año pasado en Buenos Aires y donde la firma estuvo presente con un stand. “Sabemos que con una población en constante crecimiento afectada por el cambio climático, la transición a la agricultura regenerativa es vital porque no hay planeta B”, dijo.
Con las prácticas de agricultura regenerativa, la compañía apunta a intensificar los procesos ecológicos naturales e integrarlos al manejo agronómico para recuperar los procesos vitales del ecosistema. Esto involucra a su biodiversidad y a la complementaria a los cultivos, como los insectos polinizadores y controladores biológicos, aves, batracios, mamíferos y especies nativas, así como vegetación espontánea, es decir, aquella que no es cultivo, la cual representa un componente fundamental de la biodiversidad.

También el Inta viene trabajando con Fundación Banco Credicoop, que en febrero de 2024 suscribió un convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo (Fondo Multilateral de Inversiones “BID Lab”), para implementar como organismo ejecutor el proyecto “Transición hacia agricultura regenerativa para reducción del impacto ambiental”.
El mismo busca impulsar prácticas de agricultura regenerativa entre productores y pequeñas cooperativas agrícolas mediante acciones de sensibilización, capacitación, asistencia técnica y vinculación con el mercado de bonos de carbono.
Una de las regiones donde se trabaja es con las provincias de Mendoza y San Juan donde cuenta con la cooperación técnica del Inta.
Este protocolo de agricultura regenerativa fue elaborado por un equipo interdisciplinario de doce especialistas, pertenecientes a tres Estaciones Experimentales del Centro Regional Mendoza San Juan del Inta. De acuerdo con sus autores, “mediante la agricultura regenerativa se devuelve funcionalidad natural al suelo, a los recursos naturales, a los paisajes y ecosistemas”.
Reconocieron, de todos modos, que “no hay recetas ni indicaciones universales” porque “cada sistema productivo es único y está definido por características propias y particulares”. Por eso, “la guía funciona como una herramienta clave que acompaña la toma de decisiones”, reconoció Portela y explicó que el documento técnico surgió de la demanda de asistencia técnica para implementar esta técnica en los sistemas productivos de Cuyo, a partir de la articulación público-privada con Unilever y la Fundación Banco Credicoop.
El formulario es una encuesta para el productor, dividida en diez secciones correspondientes a cada principio. Las tablas para la caracterización del sistema productivo que complementan la herramienta establecen indicadores para cada sección, con cinco niveles de cumplimiento.
En total, son 21 indicadores que permiten obtener un índice general de agricultura regenerativa para un sistema productivo. Pero también, se puede analizar cada uno de los indicadores por separado, para reconocer cuáles son los que están en niveles más altos o bajos, y así fundamentar las decisiones necesarias para conservarlos o mejorarlos.