Políticas
07.11.2024

Promueven la producción

Santa Fe pide pista en el biocombustible para aviación

Una iniciativa en la Cámara de Diputados promueve reactivar la Refinería San Lorenzo de YPF para la elaboración de Combustible Sostenible de Aviación

En la provincia de Santa Fe buscan promover la generación de Combustible Sostenible de Aviación (SAF por sus siglas en inglés), un insumo que ya están utilizando aerolíneas como United Airlines o Iberia y que en países como Brasil el gobierno viene incentivando a través de financiamiento para su desarrollo.

Se trata de una iniciativa del diputado provincial, Joaquín Blanco, quien elevó un proyecto a la Cámara de Diputados de Santa Fe para volver a poner en funcionamiento la Refinería San Lorenzo de YPF, que dejó de funcionar a fines de 2018, para transformarla en una biorrefinería que produzca SAF o “biojet”.

“Recuperar este lugar que hace seis años está abandonado es clave para impulsar desde lo local el desarrollo nacional”, expresó el legislador del bloque socialista.

“Santa Fe es pionera y lidera la generación de biocombustibles a nivel nacional y ahora tenemos la posibilidad de abrir la industria a un nuevo mercado para promover el desarrollo local y generar empleos de calidad”, destacó.

“Hace seis años que esta planta, que supo emplear a 12 mil trabajadores, está sin actividad y necesitamos volver a darle funcionamiento. Un parate tan extenso, además, genera un grave impacto ambiental para la zona”, indicó Blanco.

Luego de sucesivos cambios de manos, desde 2018 la petrolera estatal argentina tiene la titularidad exclusiva de las instalaciones de la refinería y el puerto emplazado sobre el río Paraná, un complejo que incluye además de la estilería, la planta de despacho de combustible, parque de tanques, planta de asfalto y un puerto de gran envergadura.

La Refinería San Lorenzo de YPF está inactiva desde 2018.

“Santa Fe está ante una oportunidad única. La conversión a una biorrefinería de las características que se necesita, con la última tecnología, requiere de una inversión de 300 millones de dólares”, dijo Blanco quien explicó que parte de la iniciativa es “generar el marco normativo para atraer a inversores privados, tanto de capitales nacionales como internacionales”.

La utilización de SAF comenzó a ganar mercado dentro de la industria aeronáutica y es considerado la única opción real para lograr reducciones significativas en las emisiones de gases de efecto invernadero que provoca la aviación, capaces de hacerlo entre un 50% y un 60%. 

Leer más: Brasil vuela alto con el combustible sostenible para aviación

Específicamente, el objetivo es generar Aceite Vegetal Hidrotratado (HVO, por sus siglas en inglés), un diésel renovable que se obtiene mediante un tratamiento con hidrógeno como catalizador y cuya materia prima es cualquier tipo de aceite vegetal, y residuos de origen vegetal y/o animal.

“El futuro de la aviación sostenible está en plena construcción y aquí reunimos todas las condiciones para liderar el proceso. Hay aerolíneas que ya están preparadas para operar con hasta un 50% de SAF”, indicó el legislador en el proyecto e indicó que en Estados Unidos, por ejemplo, se están realizando importantes adaptaciones de grandes refinerías de petróleo para convertirlas en plantas de elaboración de SAF.

El sector del transporte representa aproximadamente el 25% de las emisiones globales de CO2, según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, con el transporte marítimo contribuyendo con un 3% y la aviación con un 2% de estas emisiones. 

Frente a eso compañías aéreas como Iberia Mantenimiento anunció que utilizará a lo largo del año un 5% de este combustible de la Compañía Española de Petróleos (Cepsa) en su banco de pruebas de motores en las instalaciones de La Muñoza, situadas en las inmediaciones del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas, avanzando así un paso más hacia la descarbonización del sector. 

Por su parte, el gobierno de Brasil lanzó recientemente una convocatoria pública para planes de negocios enfocados en estos desarrollos para los que se desembolsará 6.000 millones de reales (unos 1.000 millones de dólares).


 

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