Nuevos paradigmas
"En Córdoba buscamos poner la sustentabilidad en acción"
El secretario de Agricultura cordobés, Marcos Blanda, explicó la política del gobierno de Martín Llaryora para promover la producción y el agregado de valor sostenible
Por: Sandra Cicaré mail
Con una firme decisión de potenciar la industria de biocombustibles, especialmente el bioetanol a partir de maíz, la provincia de Córdoba quiere jugar fuerte en un mercado que tiene poco desarrollo en Argentina y siente la presión de países vecinos como Brasil y Paraguay. De esa manera entienden que pueden hacer tangible la frase tan remanida de agregarle valor al campo. “La sustentabilidad es una gran declaración y un objetivo por el cual tenemos que traccionar, pero tiene que ser algo tangible, estar en acción”, reflexionó Marcos Blanda, el secretario de Agricultura y Recursos Naturales de la provincia mediterránea que en el marco de Agroactiva 2025 presentó las políticas públicas que viene desarrollando el gobierno de Martín Llaryora en materia de agricultura sustentable, economía circular y conservación de los recursos.
La provincia adoptó por ley una política de cortes de nafta y gasoil con biocombustibles para darle impulso a un sector que no despega. “Una planta del tamaño de BIO4 (la gigante de bioetanol de Rio Cuarto) se puede generar por cada punto de corte”, ejemplificó.
“Hubo un cambio de paradigma en la forma de producir y a partir de ahí comenzamos a ver de qué manera acercar al productor herramientas para lograr una mejor gestión de los procesos”, dijo el funcionario quien recordó que Córdoba es la única provincia que firmó con la plataforma Visec - la plataforma de sustentabilidad ambiental y social que reúne a miembros de las distintas cadenas de valor de la Argentina que garantiza la trazabilidad en la producción de carne y soja - para aportar datos certeros sobre la producción en ese territorio. “Tenemos más de 60 mapas agropecuarios en donde cualquier productor puede validar que su campo no ha sido deforestado con los requerimientos que impone la Comunidad Europea en el ámbito comercial”, aclaró Blanda en diálogo con Ecobiz.

- ¿Qué desarrollo está realizando la provincia de Córdoba en materia de producción sustentable, agricultura regenerativa?
- Entendemos que hubo un cambio de paradigma en la forma de producir en la década del 90 con la siembra directa y un nuevo paquete tecnológico. Hoy hay una mirada más amplia respecto del cuidado de los recursos naturales, con cambios en la agricultura respecto de lo que es la conservación del suelo y la gestión del agua. A partir de esa mirada más amplia empezamos a ver qué tipo de herramientas aportar al productor, con qué programas acercarnos para lograr una gestión mejor de todos los procesos productivos, no solamente de los recursos naturales. En ese camino hay una división orientada a maquinarias, otra a las tecnología que facilitan y mejoran la eficiencia en el uso de todos los recursos - tanto insumos, recursos naturales y humanos - y también un área orientada a la transformación en agroalimentos de nuestros granos. Tenemos esta visión y el ministro (de Bioagroindustria, Sergio) Busso siempre insiste en buscar formas para transformar o escalar, es decir poner la sustentabilidad en acción. La sustentabilidad es una gran declaración y es un objetivo por el cual tenemos que traccionar, pero tiene que ser algo tangible.
- ¿En qué están trabajando con el productor?
- El programa de Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA) lleva 9 años en la provincia y tracciona en tres ejes: lo social, ambiental y productivo. Acerca información, tecnología y la pone a disposición del productor para que pueda hacer ese salto productivo. Pero, a su vez, estamos convencidos de poner en práctica la economía circular. Córdoba está enfocada en el desarrollo de los biocombustibles. El biodiesel es una pata fuerte y hay un gran polo de transformación en la zona de Rosario. Pero en Córdoba el maíz nos permite desarrollar bioetanol. Para la provincia es un eje esa transformación, no solamente porque hacemos energías renovables, sino porque nos permite estabilizar las dietas y mejorar la actividad ganadera en la región. Es virtuoso. Nos facilita la producción láctea, y la carne vacuna y porcina. Tenemos una diversidad de producción que se puede potenciar con los biocombustibles. También hay otras actividades que no se han desarrollado tanto pero son parte de la economía circular, porque entendemos que la diversidad productiva es sustentabilidad.
- ¿Cómo cuáles?
- La industria de la madera. Allí no somos fuertes, pero sí entendemos que en lugar de estar importando podemos generar un potencial y por eso tenemos que realizar un acompañamiento. También el sector de legumbres o la alfalfa. Además, hay una economía regional potente y consolidada en la provincia como es el maní y todo lo que puede llegar a ser su transformación en proteína animal. No podemos estar llevando a puerto el 70% de nuestros granos sin tener la oportunidad de que productores, empresarios y pymes generen esa transformación, integración horizontal y vertical. Para eso tiene que haber un desarrollo en infraestructura que es el gran compromiso del gobernador Martín Llaryora y del ministro Busso en materia de caminos rurales, energía eléctrica, rutas, gasificación de la provincia cuyos troncales ya están. Si tenemos infraestructura podemos tener desarrollo y transformación.
- Córdoba es parte de la liga bioenergética junto a Santa Fe, Jujuy, Entre Ríos, Salta y Tucumán. ¿Qué desarrollo tienen en un contexto donde todavía el corte es muy bajo y el escenario de precios volátil?
- El escenario es complejo. Estuvimos en el congreso de Maizar y vimos que no hay una visión nacional sobre esta oportunidad. Se habla de la Vaca Muerta pero no de la vaca viva. En cambio, en la Región Centro está esa visión. Son tres gobernadores con una mirada conjunta que buscan potenciar el sector. La provincia de Córdoba tomó una determinación a partir de una ley propia para tener ciertos cortes. Por ejemplo, la flota de transporte público está trabajando así, tanto en lo que es el B20 y el E17 para los vehículos nafteros. Esto se tendría que generalizar y también exige una toma de conciencia. Yo no sé si toda la población sabe que cada vez que carga combustible está cargando etanol o biodiesel. Lo que sí sabemos es que nuestros competidores directos como Brasil y Estados Unidos, uno transforma más del 80%, otro más del 60% y nosotros no podemos llegar al 20% o 25% y solamente un 4% del valor agregado del maíz va a etanol. Frente a eso tenemos una oportunidad y condiciones y empresarios con la capacidad de llevar adelante esto. Hay que generarles un ecosistema para que eso sea viable, rentable y que puedan apostar. Pero con un cambio de reglas constante, una normativa que no acompaña eso se dificulta. Nuestros vecinos tienen un corte alto. Brasil de 27% está pasando a 30% en el segundo semestre, Paraguay pasa del 25% al 27% y nosotros todavía estamos con un 12% - 6% de caña de azúcar y 6% de maíz -, cuando esta industria genera trabajo y crecimiento en el interior. Se genera una planta del tamaño de Bio4 por cada punto de corte. Entonces, la pregunta es cuánto maíz podríamos estar transformando y cómo podríamos cambiar esos parámetros. Para dar un ejemplo que involucra a la industria, los motores flex hechos en Córdoba se utilizan en Brasil porque en el país no se pueden usar. Frente a eso tenemos que definir cuáles son las reglas de juego, en qué somos buenos y una vez que determinemos eso, tenemos que trabajar para crecer. Debemos darnos cuenta de que el campo es el motor que en las crisis de estos últimos años ha sostenido al país. Ojalá que se desarrollen nuevos sectores como el petróleo, la minería u otras actividades. Pero es clave cuidar al sector agropecuario, y sobre todo Córdoba y la Región Centro, que tienen un potencial para crecer en el interior del interior con trabajo genuino, con productos de calidad, con un mercado que es creciente, mientras otros países competidores están exportando y nosotros no podemos llegar ni a un consumo interno.

- La provincia tiene una política en BPA y la Unión Europea endureció su política en materia de ingreso de productos primarios. ¿Cómo están trabajando los productores cordobeses en este sentido y en el manejo de envases vacíos de fitosanitarios?
- Siempre el diálogo es continuo en Córdoba. Somos la única provincia que firmamos con Visec para aportarle datos. El año pasado firmamos ese compromiso. En la plataforma digital que tiene Córdoba, Idecor, tenemos disponibles más de 60 mapas agropecuarios y cualquier productor puede validar que su campo no ha sido deforestado con los requerimientos que impone la Comunidad Europea en el ámbito comercial. Es más, como tenemos una ley forestal propia y nuestros productores están forestando, pedimos que se estudie una compensación positiva por esas prácticas, que nos compensen por eso. Los productores nos preguntaron cómo podemos validar esto. Se firmó el acuerdo para que vean la metodología y para que puedan utilizarla y así disminuir esos costos que entendemos asumirá el importador. Pero de todos modos para que el productor de Córdoba pueda tener esa herramienta para presentar datos y quedarse tranquilo. El programa de BPA alimenta esto, pero es un programa que va más allá de las leyes. Es decir, son todas acciones voluntarias por encima de la ley. Entendemos que la barrera se va corriendo y la tenemos que seguir. En materia de envases de fitosanitarios, Córdoba hace 20 años tiene una ley que ya contemplaba la devolución de los envases, además de lo que hace hoy Campo Limpio, que vino a sumarse. Avanzamos mucho con el plan de gestión y se viene trabajando mucho. Pero esta dinámica ya estaba instalada. Es un cambio cultural, pero le estamos encontrando uso a esos plásticos.
- ¿Qué tipo de usos?
- Caños de cloaca, nuevos envases. Hace poco vimos la posibilidad de usos en la infraestructura eléctrica para que componentes con ese plástico reciclado pueda ser utilizados en alguna de las estructuras de la distribución de electricidad. En eso se viene avanzando bastante. El productor tiene un compromiso de hacer bien las cosas. Hace un tiempo comenzó a haber una demanda social sobre cómo se producía y el productor tuvo la capacidad de poder contarlo, con herramientas como BPA o la ley de envases de fitosanitarios. Hay un portal de transparencia en la provincia en el cual cualquier ciudadano puede entrar y ver qué se cultivó, cuánto rindió, qué suelos tiene ese productor, qué actividad está haciendo. Hay información explícita sobre la actividad.