Industria
27.05.2024

Producción y reciclado

La industria del plástico se pone la camiseta verde y sale a jugar

En Argentina se recuperaron 343 mil toneladas de plástico en 2022 y ese número se sextuplicó en 2023. El sector busca involucrar a toda la cadena en procesos de sustentatabilidad y demanda  una legislación moderna

¿Es posible imaginar la vida moderna sin el uso de los plásticos? La pregunta se impone en el marco de una economía moderna que se enfrenta al doble desafío de seguir produciendo pero con mejores estándares de sustentabilidad. 

“Creer que prohibir el plástico va a solucionar algo sería atentar contra la vida moderna”, dijo Sergio Hilbrecht, gerente de la Cámara Argentina de la Industria Plástica y planteó que es un material del cual “no se puede prescindir”, con lo cual es clave avanzar en acciones serias y concretas en pos de la reciclabilidad a gran escala. “La economía circular no es un verso”, agregó.

En la Argentina se reciclaron unas 340 mil toneladas de plástico en 2022 y los datos preliminares indican que en 2023 ese número se sextuplicó, según señalaron desde Ecoplas, entidad especializada en plásticos y medio ambiente que impulsa la economía circular y acompaña a las empresas en ese proceso. 

El plástico, denostado por los niveles de contaminación que genera en el planeta, quedó en el foco de las críticas ante el avance de las políticas públicas y las acciones privadas que promueven la sustentabilidad y buscan disminuir la huella de carbono.

Para contrarrestar ese mismo estigma, toda la cadena industrial vinculada al sector puso primera y es hoy una de las principales impulsoras de la reciclabilidad a gran escala. 

“La industria plástica es pionera en promover la valorización de los plásticos y el consumo responsable”, explicó Verónica Ramos, directora ejecutiva de Ecoplas, entidad que lanzó la “Certificación de Contenido Reciclado”, la única en Argentina y Latinoamérica, promovida junto al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti), que permite certificar productos que contengan como materia prima plástico reciclado.

En Argentina ya tienen la ecoetiqueta Inti - Ecoplas cinco empresas y una está en proceso de obtenerlo. Una de ellas es Dosam, que produce bidones tricapa y provee a grandes jugadores del agro como Corteva, Bayer o UPL. Parte de su producción reciclada proviene del plástico recuperado del campo. También tienen la certificación Dinpe, que elabora bolsas de plástico flexible utilizadas entre otros por Mercado Libre para los envíos de e-commerce.

Otra de las compañías argentinas con ecoetiqueta es Quanta, que fabrica madera plástica para mobiliario; Amcor dedicada a la fabricación de botellas para bebidas y aguas y Star Company, dedicada a la elaboración de productos de bazar. 

“La industria plástica es pionera en promover la valorización de los plásticos y el consumo responsable”, explicó Verónica Ramos, de Ecoplas.


Según el último Índice de reciclado elaborado por Ecoplas en colaboración con la Cámara Argentina de la Industria de Reciclados Plásticos (Cairplas), desde el 2003 la cantidad de plástico reciclado se incrementó en un 456%, lo que se traduce en que hoy se reciclen 6 veces más plásticos que hace once años.

Además de las acciones con el organismo público industrial, Ecoplas desarrolló la certificación reconocible por su logo "La Manito" que contiene el criterio de ecodiseño. Ya hay en el país 80 empresas adheridas las cuales pueden garantizar que sus productos o envases están elaborados con plásticos monomateriales, que facilitan el reciclado. Una muy conocida en el país es la empresa láctea La Serenísima que lo implementa en sus envases.

La cadena tiene la mira puesta en lo que pasa en el mercado europeo, desde donde parten no sólo las regulaciones sino también las nuevas demandas, con consumidores atentos a la problemática ambiental.

Ecodiseño

“En Europa regulan de manera muy fuerte contra los plásticos, pero la tendencia no es prohibir productos sino que éstos tengan contenido de ecodiseño para el uso de estos materiales post consumo”, señaló Hilbrecht.

La idea es pensar en el reciclado desde el momento en que se produce el envase, de modo que al final de su vida pueda reutilizarse. Para eso “es clave producir con monomateriales”, aseguró el ejecutivo de la cámara.

Verónica Ramos, directora ejecutiva de Ecoplas.

Citó casos como el de una reconocida compañía de comida rápida que utiliza vasos que son de plástico y papel. “Los proveedores le dijeron que si realmente quieren ser sustentables deben usar uno de plástico monomaterial porque se puede desechar en un tacho verde, eso va al reciclado y vuelve nuevamente a comenzar el ciclo”, detalló.
Pero como todo cambio de paradigma, y en este caso pensar en acciones sustentables a largo plazo, requieren marcos regulatorios e inversiones, porque el voluntarismo tiene patas cortas. 

Políticas en el cajón 

En ese sentido, Ramos planteó que vienen trabajando en forma insistente en la aprobación de la denominada “ley de responsabilidad extendida del productor”, más conocida como “ley de envases” que implica que quienes fabrican deban financiar el tratamiento de los mismos. En el año 2023 se volvió a presentar en la Cámara de Diputados de la Nación esta iniciativa a instancias del gobierno de Alberto Fernández. 

La iniciativa planteaba un abordaje integral para saldar una deuda histórica en el país, donde se producen cerca de 50.000 toneladas de residuos por día. De eso, los envases representan 25 % de los residuos sólidos urbanos y el 60 % de los domiciliarios.

También a instancias del ex diputado por San Luis, Carlos Ponce, la Caip, el Sindicato Plástico y Ecoplas, se presentaron dos proyectos para utilización de monomateriales - como un tránsito hacia la industria verde - y de la creación de un sistema unificado nacional de separación y promoción de economía circular.

Hilbrecht explicó que hace 20 años en Europa esto está regulado con la famosa ley de punto verde, identificada por el conocido símbolo de dos flechas contrapuestas en espiral. 
“En Argentina las empresas deben dejar de hacer greenwashing y pagar por cada envase que ponen en el mercado”, dijo el ejecutivo.

Se trata de “un trabajo combinado donde las empresas deben hacer el aporte y los legisladores dictar las leyes”, agregó.

Un círculo virtuoso

El proceso de la industria del plástico orientado a la sustentabilidad, busca asemejarse - a gran escala - a ese ícono que se encuentra en los envases reciclables, donde el ciclo de vida se retroalimenta. 
Arranca con las fábricas que compran el pellet a las petroquímicas y les dan forma a algún producto que utilizan otras industrias (automotrices, alimenticias, de bebidas, etc).

Una vez finalizado el ciclo de vida de ese producto entran a jugar otros actores. Por un lado las cooperativas de reciclado que elaboran fardos. Algunas tienen un formato social y otras están organizadas como empresas, como el caso de GEA Sustentable con una pata en Buenos Aires y Rosario, incluso con certificaciones en su proceso productivo.

Esta materia prima pasa luego a la industria recicladora propiamente dicha. La más grande del país es Reciclar SA. Se encarga de lavar, moler, picar y fabricar plástico pos consumo que vuelve a la industria transformadora. Además, muchas encaran un proceso de agregado de valor, al manufacturar productos finales, como el caso de flejes.

Pero en ese ida y vuelta hay desequilibrios, se desecha más de lo que se reutiliza. Hilbrecht explicó que “hay mucha capacidad ociosa en la industria en general que ronda aproximadamente el 40 o 50%” por lo tanto, “ estamos llevando a relleno sanitario un material que puede tener una gran oportunidad”, dijo Ramos y sentenció “estamos enterrando dinero”.

Explicó que según datos de Ecoplas en Argentina se reciclaron unas 340 mil toneladas de plástico en 2022 y los datos preliminares indican que en 2023 ese número se sextuplicó.”Hay voluntad de las personas de separar en origen, hay desarrollo de la industria recicladora y también de las empresas que compran PCR (plástico post consumo) y esto genera producción y trabajo”, agregó Ramos.
Pero para la titular de Ecoplas el desafío es escalar y fortalecer el reciclado avanzado, que demanda grandes inversiones y alta tecnología, que permiten volver a convertir al plástico en el polímero original para usarlo en productos de alta calidad. 

En Argentina desde la entidad están en diálogo con la Secretaría de Comercio de la Nación para que estos productos reciclados puedan estar en contacto con alimentos. Hoy sólo está habilitado para eso el PET.  “La economía verde sale plata y hay que pagarla”, sentenció Hilbrecht.

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