El caso de FFO
Un consorcio de microorganismos que hace lucir a las plantas
La empresa de la localidad santafesina de San Carlos Sud elabora una enmienda biológica líquida, bioinsumo que estimula el crecimiento de los cultivos y los defiende de enfermedades. Tienen presencia en todo el país y el exterior
Por: Sandra Cicaré mail
Plantas con mejor desarrollo de raíces, con mejor floración, resistentes al ataque de insectos, de diferentes especies de cultivos y en distintas regiones de la Argentina y países vecinos. Ese resultado es el que obtuvo la empresa FFO, radicada en la localidad santafesina de San Carlos Sud, una industria nacida hace 20 años que actualmente está jugando fuerte en el mercado de los bionsumos con su producto: una enmienda biológica líquida que ya tiene la aprobación de los organismos públicos de control y tiene una “probada eficiencia” según señalan sus más de 1.000 clientes que lo utilizan.
“Hemos demostrado que se puede trabajar con eficiencia usando bioinsumos. No se resigna calidad ni rendimiento, sino todo lo contrario”, resumió Joaquín Fidalgo, gerente de FFO, a la hora de analizar un segmento que comenzó a crecer y que además de la productividad y el cuidado del ambiente permite resolver las tensiones que se generan entre producción y sociedad, especialmente en las zonas denominadas periurbanas. “Los bioinsumos atienden dos cuestiones, por un lado la necesidad del productor de utilizar sus lotes para obtener un beneficio , y por otro, los vecinos que quieren seguridad”, dijo.
La historia de FFO se remonta a casi dos décadas atrás en San Carlos Sud, una localidad ubicada a 48 kilómetros de la ciudad de Santa Fe, cuando su titular Conrado Braem creó la enmienda biológica líquida, que es básicamente un consorcio de microorganismos benéficos como hongos, bacterias y levaduras naturales, a partir del humus de lombriz. Hoy la empresa se dedica exclusivamente a la elaboración de este bioinsumo que tiene la aprobación del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) desde el año 2007 y que fue desarrollado en colaboración con la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
“Se puede aplicar a todo tipo de cultivos, por vía foliar o por riego, y genera múltiples beneficios para las plantas, como un mayor desarrollo radicular o la estimulación de su nutrición, la fotosíntesis, y mejora significativamente la sanidad”, detalló Fidalgo.
Los beneficios comenzaron a verse en forma rápida y eso generó también una rápida adopción por parte de productores de todo el país. El ejecutivo comentó que se aplica en todas las provincias de la Argentina, como por ejemplo en la zona del Alto Valle de Río Negro donde se producen peras y manzanas, pero también para nogales y vid en Cuyo, tabaco en Salta o frutillas en el área del centro santafesino.
Además traspasaron las fronteras y están exportando a la Unión Europea, hace aproximadamente cinco años, especialmente a Francia y España y hace un año desembarcaron en Paraguay, donde “estamos dando los primeros pasos y la idea es seguir creciendo”, apuntó Fidalgo.
Contó que la empresa “tiene mucha capacidad de producción” y por eso además de la expansión territorial están buscando seguir diversificando cultivos. “Estamos avanzando en papa, cebolla, ajo y yerba mate”, dijo. También proyectan lanzar una línea de jardin, es decir más hogareña, para que sea utilizando en las casas. “Este es un producto que está aprobado para producción orgánica, no tiene carencia, no deja ningún tipo de residuo y se puede aplicar incluso dentro de un departamento cerrado sin ningún tipo de problema para los seres humanos, las mascotas”, afirmó Fidalgo y reforzó la idea de que por esas razones, tiene múltiples ventajas para su uso en zonas periurbanas.
Pero la enmienda biológica líquida no es sólo un producto de nicho. Fidalgo explicó que tienen un portfolio de más de mil clientes y la gran mayoría no son orgánicos e incluso muchos se dedican a la agricultura extensiva, como la de pasturas, soja, trigo o maíz. “Esto demuestra que si utilizan este producto es porque les rinde no sólo en términos productivos sino a su bolsillo”, dijo el gerente de FFO para ratificar que en términos de costos este bioinsumo resulta ventajoso.
Aplicaciones
Este consorcio de microorganismos, que además aporta micronutrientes como zinc, cobre, manganeso o hierro - tan esenciales y poco utilizados por los productores a la hora de armar su paquete tecnológico de insumos - tiene usos y respuestas según la zona. “En algunos lugares atiende problemas de enfermedades y las demora o bien no les permite aparecer, en otras se lo aplica para atacar algún insecto o para evitar que llegue a la planta”, dijo Fidalgo.
“Los bichos dejan de gustar de la planta”, dijo Fidalgo para replicar lo que les comentan muchos productores cuando aplican la enmienda biológica.
En zonas como el Alto Valle, explicó que se utiliza sobre el follaje y de esa manera la fruta se mancha menos.“Estos microorganismos ayudan a todas las plantas en todos sus procesos y lo hacen sin dejar residuos”, concluyó.