Los vinos argentinos suman etiquetas

Los sectores productivos con fuerte inserción en los mercados internacionales están cada vez más activos en desarrollar y mostrar - ambas cosas en simultáneo- procesos de sustentabilidad. Ese fue el paso que dio en los últimos días la vitivinicultura argentina, reconocida en el mundo por la calidad de los vinos que llegan a las góndolas y las mesas de los principales restaurantes.

Con el aval del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), ya es oficial el uso del sello “Vitivinicultura Argentina Sostenible”, un logo indicativo que certifica esta calidad y permite utilizarlo a las bodegas, establecimientos y productores que estén reconocidos por la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar). 

Para hacerlo deberán certificar la Guía de Sostenibilidad de la Vitivinicultura Argentina y de esa manera utilizar el sello en sus productos.

De esa manera, no sólo los consumidores argentinos sino los del resto del mundo tendrán la garantía de que aquellos productos que lleven el sello están respaldados por un organismo técnico-científico fiscalizador, como el INV.

La Guía de Sostenibilidad, que autoriza al uso del sello, es de libre accesibilidad para todos los actores de la cadena vitivinícola.

Por otra parte, está certificada por siete organismos como: Iram; Bureau, Veritas; Organización Internacional Agropecuaria (OIA); Letis; Food Safety; Lenor Group y Ecocert.

Desde el INV indicaron que “para usar el sello Vitivinicultura Argentina Sostenible, se deberá cumplimentar ese paso previo y estar debidamente documentado, cumpliendo además con la normativa vigente del instituto”.

La Guía de Sostenibilidad de la Vitivinicultura Argentina cuenta además  con el aval y el reconocimiento de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) y tiene por objetivo lograr una autoevaluación de las prácticas de responsabilidad social y sostenibilidad de organizaciones del sector, de diversas características, tamaños, integración y estados de evolución en el tema. 

Además, toma en cuenta las condiciones técnicas, éticas y culturales de las actividades vitivinícolas en el contexto argentino, con sus impactos sociales y ambientales; vincula sus indicadores con la Agenda 2030 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)  de Naciones Unidas , y se funda en los cinco “Principios generales de sostenibilidad” que estableció la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV) en 2016, para la promoción y desarrollo de una vitivinicultura sostenible a nivel mundial.

Además esta acción sigue los objetivos trazados por el Plan Estratégico Vitivinícola 2030 (Pevi) que promueve una vitivinicultura sostenible y diversa, aplicando prácticas y procesos productivos sostenibles.