Campo
23.06.2025

Agro sostenible

La climatech que optimizó el riego y ya recuperó 8 millones de m3 de agua

Sin sensores, pero con datos inteligentes, conecta a agricultores y grandes empresas en proyectos de eficiencia hídrica

Por: Rodrigo Elias mail

En un contexto global donde el 70% del agua dulce se destina a la agricultura y una porción significativa se desperdicia, la eficiencia hídrica se volvió un imperativo. Kilimo, una agtech nacida en Argentina, vio en esa urgencia una oportunidad y creó una solución de riego inteligente que no requiere infraestructura costosa ni sensores enterrados. Su propuesta fue simple pero disruptiva: usar inteligencia artificial (IA), imágenes satelitales y modelos agronómicos para mejorar el uso del agua sin pedirle más al productor.  

La visión de la compañía, desde el inicio, fue contribuir con una mejor tecnología de riego para los productores agropecuarios que por otra parte no demanda una actividad extra ni inversión en hardware.

Con este enfoque, Kilimo desarrolló una tecnología capaz de traducir grandes volúmenes de datos en recomendaciones de riego concretas, sin necesidad de instalar sensores en el campo. A su vez, acompaña procesos de reconversión hacia riego tecnificado y prácticas de agricultura regenerativa, alineadas con los desafíos del cambio climático.

Uno de los diferenciales más fuertes de Kilimo es la eliminación del hardware de campo, una de las principales barreras de entrada para el agro tradicional.

En su modelo de negocios, los agricultores reciben incentivos económicos por su eficiencia en el uso del agua, mientras que las empresas obtienen beneficios trazables para compensar su huella hídrica. Este ecosistema de triple impacto permite escalar soluciones sin agregar tecnología, sino sumando valor a las prácticas existentes.

“Articulamos una cadena de valor donde las decisiones de riego eficientes generan beneficios volumétricos para empresas, e incentivamos al agricultor a ser más eficiente por medio de pagos por servicios ecosistémicos”, señalaron. Y agregaron: “Hacemos intervenciones y creamos mecanismos que permiten escalar ese impacto”
 
Así, el riego eficiente no solo mejora la productividad, sino que también se convierte en una herramienta concreta de acción climática.

“Ser sustentable es rentable, pero no en un sentido romántico, sino estratégico, la sustentabilidad ya no es una opción, es una ventaja competitiva”, aseguraron desde Kilimo en diálogo con Ecobiz. Y agregaron: “Regar bien reduce costos, hacer más eficiente el uso del agua mejora la resiliencia frente a sequías”. 

Además, desde la firma afirman que generar impacto medible abre nuevas puertas de financiamiento, alianzas y mercado. “Ser sustentable es, cada vez más, la mejor inversión posible”, sentenciaron. 

Datos inteligentes

Uno de los diferenciales más fuertes de Kilimo es la eliminación del hardware de campo, una de las principales barreras de entrada para el agro tradicional.

“En nuestras intervenciones con IA para la gestión de riego, combinamos datos satelitales, información meteorológica y características del suelo con modelos agronómicos de alta precisión”, explicaron. Y ampliaron: “Todo eso lo volcamos en un sistema que traduce datos en decisiones concretas, de modo que los productores reciben recomendaciones de riego sin tener que enterrar ni un sólo sensor”.

La firma mide el impacto a nivel parcela, usando metodologías validadas por lineamientos internacionales como el Volumetric Water Benefit Accounting.

Desde la firma también impulsan proyectos de conversión a riego tecnificado y prácticas de agricultura regenerativa, acompañando a los productores en la transición hacia sistemas más eficientes, resilientes y alineados con los desafíos climáticos actuales. 

Un mapa que se expande

Kilimo ya ayudó a restaurar 8 millones de m3 de agua en cuencas de toda América latina, lo que representa miles de hectáreas en cultivos tan diversos como uvas, almendros, cítricos o maíz.

Cada m3 de agua ahorrado se convierte en un beneficio ambiental tangible. Para el agricultor, eso significa eficiencia, y para las empresas, significa una forma real y transparente de  alcanzar sus compromisos de sustentabilidad.

“Más que los números, lo que cuenta es el cambio cultural que esto representa: regamos mejor, producimos igual o más, y cuidamos el recurso más relevante que tenemos, que es el agua”, subrayaron. 

Kilimo articula intereses entre productores y empresas globales, funcionando como una climatech que opera en el mercado de compensación hídrica

Desde 2020, colabora con corporaciones como Coca-Cola, Microsoft, Intel, Amazon y Google, ayudándolas a cumplir con sus metas de sustentabilidad a través de proyectos reales en el agro.

Actualmente, Kilimo trabaja en nuevas alianzas y desarrollos que integran biodiversidad y resiliencia climática, sin perder el foco territorial. 

Su hoja de ruta contempla la expansión a millones de hectáreas en América latina, Estados Unidos y otras regiones, consolidando modelos de acción colectiva que aceleren la adaptación al cambio climático desde el campo.
 

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